jueves, 15 de mayo de 2014

El naranjo que se murió de tristeza (Mini-reseña)


    Título: El naranjo que se murió de tristeza

    Título original: El naranjo que se murió de tristeza

    Saga: No

    Autora: Mónica Rodríguez

    Editorial: Edelvives (Colección Alandar)

    Nº Páginas: 120

    Precio: 9,41€




Dos historias paralelas desarrollan la acción en un pequeño pueblo del levante
que vive del cultivo de la naranja: el presente, en el que Ali, la sobrina de la tata Josefa, tiene que adaptarse a la separación de sus padres; y el pasado, del que Josefa cuenta a Ali su amistad y complicidad con Lucrecia, así como sus escapadas a ver a dos presos que barren las calles del pueblo y que identifica con su padre y su tío pero sin conocer con certeza quién es quién. El mismo naranjo, en el que se refugió de niña para vigilar el trabajo de los presos, es el que ahora (en el presente de la narración) se está muriendo.








Este librito tan corto cuenta dos historias diferentes en épocas distintas pero que tienen en común una familia y un naranjo. Por un lado tenemos a Josefa, una niña despierta que le ha tocado vivir en una época de pobreza, en la que debe ayudar a su madre trabajando en el campo, recogiendo naranjas para mantener a su familia.

Allí conoce a Lucrecia, una niña que tiene una enfermedad que le impide hacer cualquier tipo de esfuerzo físico, bajo riesgo de que su corazón deje de funcionar. Y aunque esta se pase el día debajo de un árbol esperando a que su madre termine de trabajar, Josefa rápidamente se hace amiga de ella y le saca alguna que otra sonrisa.

Además Lucrecia empieza a hacerle de tapadera a Josefa en sus escapadas del trabajo a la plaza del pueblo, donde cada día se sube al naranjo que hay allí y espía a los dos presos a los que obligan a limpiar las calles de la plaza todos los días, como forma de humillarlos. Pero ella lo hace porque sabe quienes son, su padre y su tío, a los que desgraciadamente nunca ha llegado a conocer y ahora tiene tan cerca.

Por otro lado, nos encontramos en la actualidad con la historia de Alicia, una niña inquieta y extrovertida a la que le gusta salir a pasear. Ella es la sobrina-nieta de Josefa, y a la que esta cuenta su historia a raíz de saber que el naranjo de la plaza se está muriendo de tristeza, una enfermedad típica de este tipo de árboles.

Nos encontramos pues, con una historia bastante sencilla que se lee en apenas unas horas por lo cortita que es y que está repleta de sentimientos y emociones, ya que, en realidad, se narran recuerdos contados nostálgicamente y con mucho cariño.

La verdad es que he disfrutado bastante con la historia, aunque quizás se me ha quedado un poco corta y me hubiera gustado conocer un poco mejor a Alicia y la historia con su padre, junto con el por qué este se va de casa dejando a la madre. Pero bueno, todo queda subsanado con la de Josefa y el padre desconocido, que al final ha acabado sorprendiéndome para bien.

Tengo que decir que siempre me ha gustado mucho los libros de la Colección Alandar y aunque este no es uno de los mejores, entra también en mi lista de libros que hay que leer de este sello. Y espero traeros pronto alguna que otra reseña más de estos libros que tanto me gustan.






Nos leemos.

3 comentarios:

  1. Buenas! de momento este no me termina de convencer pero gracias por la reseña. ;)

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  2. Parece una historia emotiva...gracias por el aporte

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