La casa 758 (Reseña)

    Título: La casa 758

    Título original: 758

    Saga: No

    Autora: Kathryn Berla

    Editorial: Nube de tinta

    Nº Páginas: 240

    Precio: 15,95 €

Krista perdió a su madre en un accidente de coche hace dos años y, desde entonces, su mundo se ha roto. Siguiendo una rutina inflexible que ella misma se ha impuesto, día tras día se acerca a la casa 758, el lugar donde vive el chico que provocó el accidente mortal. Krista no sabe por qué lo hace: ¿quiere hacerlo sufrir?, ¿necesita poner cara a su nombre?, ¿dar forma a su odio?

Pero la vida de Krista empieza a cambiar con la llegada a casa de su abuelo materno, un superviviente del Holocausto de origen húngaro. Su testimonio logrará sacar a Krista de la apatía y le dará la fuerza que necesita para volver a empezar...

Krista se siente una total incomprendida desde hace dos años, cuando su madre murió y la dejó sola con su padre, ambos destrozados por el dolor. Pero aunque al principio ambos sufrieron mucho su pérdida, parece que ahora su padre la ha olvidado, ya que ha rehecho su vida con otra mujer, y ella siente que él la ha olvidado.

Ella sabe que jamás podrá olvidarla y que es totalmente imposible que desaparezca su dolor, ya que ha perdido a una de las personas más importantes de su vida. Y parece que nadie la puede comprender, ya que todos quieren que vaya al psicólogo para que le ayude a seguir con su vida, cosa que no está dispuesta a hacer.

Kathryn Berla

Pero el verano es muy largo y parece que este a Krista se le va a hacer eterno, y es que su amiga se va a pasarlo a casa de sus abuelos, y le va a tocar pasar el día encerrada en su casa teniendo que aguantar a Marie, la novia de su padre, a la que no puede soportar, por mucho que esta se empeñe en intentar caerle bien.

Por otro lado, Krista tiene una pequeña obsesión, que consiste en coger su coche y conducir hasta el barrio pobre donde espera aparcada en frente de la casa 758, sin mayor motivo aparente que dejar que pasen las horas y observar a los dueños de la casa. Además, desde que Marie se instaló en casa, es incapaz de dormir en su habitación y por ello decidió instalar una pequeña tienda de campaña en la terraza, donde en un principio pensaba pasar unos días aislada de la familia, pero que finalmente ha decidido dejarla como su nueva e indiscutible morada.

Aunque ella piensa que nada en su vida cambiará y que jamás volverá a ser feliz, no sabe que el nuevo verano va a estar tan cargado de nuevas sorpresas, entre ellas conocer a Jake y la visita de su abuelo paterno, al que nunca ha llegado a conocer a fondo y que ahora se va a tener que encargar de hacer de canguro.

Sin duda alguna nos encontramos ante un libro cargado de sentimientos y de historias escondidas que poco a poco van saliendo a la luz y nos van desvelando las razones del comportamiento de los protagonistas. Eso es algo que me ha gustado mucho, ya que no te cuenta qué es lo que ocurre al principio si no que lo va desvelando poco a poco a lo largo de la novela, haciéndola más interesante.

Pese a que la protagonista tiene una manera pesimista de ver el mundo y haces cosas inexplicables, en ningún momento me ha llegado a caer mal ni me ha parecido que lo que hacía estuviera completamente mal, es más, me ha gustado mucho como personaje, aunque creo que si la autora nos hubiera regalado unas pocas páginas más, hubiera podido conocer mucho mejor a Krista.

El libro es muy entretenido, tiene una bonita historia que habla sobre el dolor de la pérdida y la superación y te da una buena lección de cómo hay que enfrentarse a la vida, con optimismo y energía. Además es muy simple, ya que no se mete en muchos temas, si no que trata sobre la familia, el amor y el dolor que siente por la pérdida de su madre.

No puedo ponerle ninguna pega por que la verdad es que no se la he encontrado, pero tampoco puedo deciros que es el mejor libro del mundo, ya que es más bien una lectura normalita, para distraerte un rato.




Amor: ****
Misterio: ***
Agilidad: ****
Acción: -
Trama: **

Con la colaboración de Nube de tinta.

Nos leemos.